domingo, 7 de febrero de 2016

Las ideas, no son casualidad


      Cuando tenemos una idea no hay que dejarla pasar, hay que darle forma y nutrirla, sin llegar a pensar que es una locura. Si a nosotros llega un pensamiento de cómo elaborar algo, es porque tenemos lo necesario para realizarlo o materializarlo y es nuestra labor efectuarlo.
            Depende de nosotros quitarles el aspecto de espejismo a nuestras ideas, tal vez no sea sencillo pero no es imposible, solo debemos tener constancia y empeño  para traerlas a la visualización tangible.

            Muchas veces dejamos pasar las ideas ya sea por temor o simplemente falta de esfuerzo y dejamos que sean otros los que tengan el privilegio de llevarlas a cabo. Recordemos que si tenemos una idea es porque nuestro subconsciente recibió de la fuerza universal, la “tarea” que nuestro ser debe llevar acabo en este plano. Somos receptores de grandes ideas, las cuales tienen como finalidad ayudarnos en nuestro crecimiento personal o espiritual. Cuando son otros los que realizan nuestras “labores” o ideas, seguimos acumulando actividades “sin realizar” que obstruyen nuestra evolución, ya que nos llenamos de frustración, miedos, temores y hasta rabia por observar que otros realizaron lo que “teníamos en mente”.


            Debe ser nuestra obligación por lo menos tratar de concretar las ideas que hemos percibido. Que no se diga, cuando, por  algún motivo  no alcancemos realizar nuestras ideas, que no lo intentamos. “Intentar” cumplir nuestras ideas,  genera en nosotros otros sentimientos muy diferentes a cuando no “hacemos nada”, es decir, la frustración es menor, porque reconocemos las causas que imposibilitaron alcanzar nuestras metas, y  asimilamos lo aprendido, para no cometer una vez más los errores del pasado. Las ideas cuando llegan a los emprendedores, seguro serán desarrolladas, mientras que en las personas ociosas las dejan pasar, por tedio o temor a realizarlas
¡No dejes pasar tus ideas!


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