El aprendizaje en los niños es
diferente ya que ellos aprenden a través del contacto, de la curiosidad. La
curiosidad en los niños hasta cierto punto es normal, pero se torna preocupante
si el niño presenta un exceso de actividad motriz, lo que representa en algunos
casos un problema de conducta. Cuando la conducta
del niño se sale de lo común, rompiendo
las normas establecidas de su entorno, hablamos de trastornos de conducta que
puede afectar el desarrollo del infante e interfieren con su capacidad para
llevar una vida normal. Los tipos de trastorno de conducta que necesitan ser
tratados por profesionales de la salud son los siguientes:
_ Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: tratamiento con neurólogo y terapia. Si el niño presenta dificultades escolares, muchas veces, se necesita un tratamiento psicopedagógico.
- Trastorno antisocial limitado al contexto familiar: terapia y tratamiento familiar y orientación a padres.
- Trastorno antisocial en niños no socializados: terapias psicológicas y médicas.
- Trastorno antisocial en niños socializados: terapia psicológica y/o psicopedagógica.
- Trastornos antisociales con emociones mixtas: terapia y medicación psiquiátrica.
Recordemos que la hipercinesia, es el aumento de movimientos involuntarios partes del cuerpo, en este caso el niño hace muchas cosas al mismo tiempo, sin detenerse a completar ninguna, y aparentemente no persigue ningún fin, no parece estar haciendo nada en especial. Si a esto se suma un corto lapso de atención, dificultades en los movimientos que requieren precisión y delicadeza, cambios repentinos de humor o falta de memoria, usted debe consultar con un neurólogo, pues puede haber un pequeñísimo problema cerebral que ocasione uno o algunos de estos síntomas.
Debemos
distinguir a un niño desobediente de cualquier patología. Normalmente un infante
es simplemente indisciplinado cuando los límites que se le orientan son excedidos creando un raudal
de conflictos por sus actuaciones, hasta allí. Recordemos que en el caso de niños con alguna
perturbación (Trastorno por Déficit de Atención, de Conducta o de Personalidad) dicho trastorno, es el causante de la desobediencia en el niño:
1.- El niño parece estar sordo cuando se le habla, debiéndose repetir las instrucciones varias veces.
2.-
Deja las actividades pendientes o inconclusas.
3. Parece estar despistado y desconoce fácilmente las instrucciones.
4.- Necesita constante inspección o supervisión.
5.- Le cuesta divertirse o entretenerse, para él todo es fastidioso.
6. Realiza berrinches más intensos de lo común.
7.-Se comporta de forma agresiva o provocadora, habitualmente afronta a sus mayores.
Estrategias básicas que podemos realizar cuando nuestro niño es inquieto:
“Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser, será, y sucederá naturalmente”. Facundo Cabral
_ Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: tratamiento con neurólogo y terapia. Si el niño presenta dificultades escolares, muchas veces, se necesita un tratamiento psicopedagógico.
- Trastorno antisocial limitado al contexto familiar: terapia y tratamiento familiar y orientación a padres.
- Trastorno antisocial en niños no socializados: terapias psicológicas y médicas.
- Trastorno antisocial en niños socializados: terapia psicológica y/o psicopedagógica.
- Trastornos antisociales con emociones mixtas: terapia y medicación psiquiátrica.
Recordemos que la hipercinesia, es el aumento de movimientos involuntarios partes del cuerpo, en este caso el niño hace muchas cosas al mismo tiempo, sin detenerse a completar ninguna, y aparentemente no persigue ningún fin, no parece estar haciendo nada en especial. Si a esto se suma un corto lapso de atención, dificultades en los movimientos que requieren precisión y delicadeza, cambios repentinos de humor o falta de memoria, usted debe consultar con un neurólogo, pues puede haber un pequeñísimo problema cerebral que ocasione uno o algunos de estos síntomas.
1.- El niño parece estar sordo cuando se le habla, debiéndose repetir las instrucciones varias veces.
3. Parece estar despistado y desconoce fácilmente las instrucciones.
4.- Necesita constante inspección o supervisión.
5.- Le cuesta divertirse o entretenerse, para él todo es fastidioso.
6. Realiza berrinches más intensos de lo común.
7.-Se comporta de forma agresiva o provocadora, habitualmente afronta a sus mayores.
Estrategias básicas que podemos realizar cuando nuestro niño es inquieto:
- Los niños que necesitan desahogar sus energías demandan realizar actividades destinadas para tal fin. Practicar deportes, jugar en lugares de esparcimiento o pasear ayudaran a exteriorizar dichas energías.
- Elogiar al niño cuando muestre un comportamiento tranquilo. Hágale sentir que es de su agrado esa actitud, para que manifieste en él esa conducta.
- No valore sus rabietas y no las recompense, ya que son simplemente conductas para hacer llamados de atención, recuerde que el niño desea ser siempre el centro de las miradas. Ignórelo hasta que se calme o relaje.
- Sugerir al niño constantemente que se calme o relaje, realizando respiraciones lentas y profundas, le ayudaran a controlar la ansiedad. Recordemos que la ansiedad es una respuesta que se presenta de forma involuntaria. Esta respuesta la procura el organismo frente a incitaciones externas o internas, que muchas veces son apreciadas por el sujeto como desagradables.