Perdonar no es olvidar una agresión
en tu contra, es simplemente dejar ir el
apego al dolor causado. Dejar ir ese apego negativo te ayuda a alcanzar tus metas o anhelos inmediatos.
Cuando vivimos en el rencor, nuestra energía vital, está sumergida en un
denso entorno lleno de resentimiento, ira, dolor y el sufrimiento. Esta energía
densa y oscura hará nuestro cuerpo físico más torpe, lleno de limitantes que harán más difícil el prosperar y alcanzar el éxito. E igualmente
esta energía negativa (el rencor), enferma nuestro cuerpo físico causando el
tan nombrado cáncer, que no es más que el resentimiento dentro de nuestro
cuerpo que consume nuestras células
sanas en células adoleces.
El perdonar transforma un sentimiento – pensamiento negativo limitante, en emociones de pureza, lo que mantiene nuestro cuerpo físico libre de
la oscuridad del rencor. No es fácil perdonar luego de algún perjuicio, pero se
puede aprender manteniendo una práctica constante en nuestro
día a día, donde poco a poco entramos en un estado de abandono hacia el rencor que
podemos sentir por otras personas.
Una persona rencorosa se mantiene en un nivel de carencia general, lo
que logra al sentir resentimiento hacia las personas prosperas y exitosas, es
decir, es una persona envidiosa (otro sentimiento negativo que no permite la
evolución en nuestras vidas).
Una de las cosas más importantes que debemos realizar para nuestro
bienestar es aprender a perdonarse a sí mismo.
El perdón libera, no solo a nivel espiritual sino que a
nivel financiero y de salud, muchos problemas desaparecerán progresivamente.